martes, 17 de febrero de 2009

La verdadera historia de Vorenus y Pullo

Titus Pullo (o Pullón, Pulcio, Pulción, Pulfio) y Lucius Vorenus, fueron dos personajes reales, a los que menciona César en su obra De Bello Gallico, dos centuriones de la IX Legión (no de la XIII como menciona la famosa serie Roma). Ambos rivalizaban por conseguir promocionar a Centurión Primus Pilus, el jefe de centuriones de una legión y, a la sazón, el jefe militar sobre el terreno y brazo derecho del Legado. César los menciona en un pasaje de su obra durante la rebelión de los belgas.


En el invierno del 54 a.C., tras el regreso de César de su campaña en Britania, este decidió dispersar a sus legiones por todo el territorio conquistado de la Galia para que evitaran el estallido de rebeliones y pudieran autoabastecerse a costa de los pueblos sometidos. Así, a la IX Legión del legado Quinto Tulio Cicerón, hermano menor del famoso senador, entre la que estaban los centuriones Tito Pullo y Lucio Voreno, la acantonó en Bélgica, en territorio de los nervios. Quince cohortes, al mando de T. Sabino y A. Cota, las acantonó en territorio más avanzado, en el de los eburones. La defensa de Bélgica, el territorio más susceptible a rebelarse, se completaba con la X Legión de Tito Labieno al sur, junto a un buen número de auxiliares galos, en territorio de los remos; la de C. Fabio al norte, en la costa, en tierras de los morinos (junto al actual paso de Calais); y dos legiones de M. Craso (hijo del famoso triunviro), C. Trebonio y el mismo César, al oeste, en la frontera con la Galia. Demasiado distantes unas de otras para ser de vital ayuda en caso de ataque sorpresa.

Estatua de Ambiorix (Tonengen, belgica)


El caudillo belga Ambiorix, tras engañar a T. Sabino y A. Cota, presentándose como un buen amigo de los romanos, logró que estos abandonaran el campamento con sus 15 cohortes de forma pacífica, para retirarse a un lugar más tranquilo. Mientras abandonaban el campamento una multitud de eburones a la cabeza de Ambiorix, atacaron por sorpresa y no dejaron un solo romano vivo, 15 cohortes fueron aniquiladas y sus insignias sagradas capturadas. Los eburones continuaron su rebelión reclutando hombres de todas las tribus belgas, sobre todo entre los nervios. Una vez fortalecidos, decidieron repetir la misma maniobra con el legado Quinto Tulio Cicerón. Pero éste no cayó en el ardid y permaneció encerrado con sus hombres de la Novena Legión tras los muros del campamento. Los nervios y eburones lo sometieron a un asedio implacable atacando las murallas día sí y noche también. César elogia en sus “Comentarios” la actuación de la Novena, de su legado Cicerón, y menciona un hecho más que curioso sobre estos dos centuriones, sorprendente porque César no es un hombre dado al halago en sus escritos.


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Tito Pullo y Lucio Voreno penetraron en el campamento entre los vítores de sus compañeros. Su comandante, el legado Cicerón, estaba desesperado porque sabía que tarde o temprano las defensas caerían y los galos penetrarían en el campamento. Logró enviar un mensajero nervio aliado al campamento de César, que llegó diez días después del primer ataque al campamento de la Novena. César, alarmado, envió inmediatamente un mensaje a Labieno, pero éste le respondió que no podría acudir al rescate de Cicerón, ya que se hallaba a su vez resistiendo los ataques de una concentración masiva de galos, eran los belgas treveros del caudillo Induciomaro, que también se habían sumado a la rebelión de nervios y eburones iniciada por Ambiorix. Tito Labieno los derrotaría días después en una maniobra brillante y daría muerte a su caudillo, pero ésta es otra historia.

Así, César tuvo que acudir a marchas forzadas en ayuda de la Novena Legión con apenas dos legiones, la de M. Craso y C. Trebonio. Mientras marchaban, César envió un mensajero galo a Cicerón con una nota que decía en griego clásico: “Resistid, manteneos firmes, ya estoy en camino”. El mensajero, mezclado con los atacantes, logró introducirla al campamento gracias a una lanza que arrojo al interior, lanza que portaba un mensaje del que no se percatarían los centinelas hasta dos días después. Los romanos, que probablemente ya veían sus cabezas clavadas como trofeo en una lanza gala, estallaron en júbilo ante la lectura pública del mensaje, y recobraron ánimos para resistir hasta la llegada de su general.

Efectivamente, días después, César rescataría a esos desgraciados que estaban sin alimentos y sin agua desde hacía días y con unas pérdidas humanas insustituibles. Los centuriones Tito Pullo y Lucio Voreno se encontraban entre los supervivientes que vitoreaban a César cuando éste penetró cabalgando en su destrozado y semiincendiado campamento, para pasarles revista. Probablemente ahí se ganó el apoyo ciego de muchos soldados en su aventura futura de la Guerra Civil.


Grabado decimonónico de un campamento romano fortificado de la etapa de César.

Aquí perdemos el rastro de Lucio Voreno. Tito Pullo parece que continuó en activo durante la Guerra Civil, aún integrado en la Novena Legión (no sabemos exactamente con que cargo de oficial). Así, es mencionado en otro párrafo por César, esta vez en sus comentarios sobre la Guerra civil, en las operaciones que se dieron en Grecia antes de la batalla de Farsalia: De Bello Civili, en el libro III párrafo 67:

III-LXVII. “Entrada aquí la legión con su bandera, dieron el aviso las atalayas a César. Eso mismo aseguraban haber visto de algunos baluartes más altos. Este sitio distaba media milla de los reales de Pompeyo. César, con la esperanza de sorprender esta legión, y el deseo de resarcir las pérdidas de aquel día, dejó en sus trincheras dos cohortes en ademán de continuar los trabajos, y él en persona, por un sendero, extraviado, con el mayor disimulo posible, divididas en dos columnas las otras treinta y tres cohortes entre los cuales iba la nona legión muy menoscabada por la muerte de tantos oficiales y soldados, movió hacia los reales menores al rastro de la legión de Pompeyo. Y no le salió fallida su esperanza, pues llegó primero que pudiese barruntarlo Pompeyo, y en medio de ser tan grandes las fortificaciones, dando prontamente el asalto con el ala izquierda, donde él se hallaba, barrió la trinchera. Estaban delante las puertas atravesados unos caballos de frisa; aquí fue preciso forcejear algún tanto porfiando los nuestros por romper y ellos oponiéndose a viva fuerza, defendiendo el puesto valerosísimamente Tito Pulción, el mismo que fue autor de la traición cometida contra el ejército de Cayo Antonio. Pero al fin los nuestros pudieron más; y hecho añicos el erizo, primero forzaron las trincheras y después la fortificación del centro, y porque la legión batida se había refugiado allí, mataron algunos que hacían resistencia.”

César, Comentarii De Bello Civili. Libro III - 67.


martes, 8 de abril de 2008

T. Pullo et L. Vorenus, fortissimi viri

Erant in ea legione fortissimi viri, centuriones T. Pullo et L. Vorenus.

Hi perpetuas inter se controversias habebant..., omnibusque annis de locis summis simultatibus contendebant.
Ex his Pullo, cum acerrime ad munitiones pugnaretur, "quid dubitas", inquit, "Vorene? Hic dies de nostris controversiis iudicabit."

Tras haber dicho esto, avanza fuera de las defensas y se lanza contra las líneas enemigas. Tampoco Voreno se queda dentro de la empalizada, sino que le sigue, temiendo lo que sus compañeros podrían pensar.

Tum, mediocri spatio relicto, Pullo pilum in hostes immittit, atque unum e multitudine procurrentem traicit; quo percusso et exanimato, hunc scutis protegunt, in hostem tela universi coiciunt (neque dant regrediendi facultatem) y no le dan la posibilidad de regresar.
Transfigitur scutum Pulloni et verutum in balteo defigitur. Esto le traba la funda y le dificulta asir la espada con la mano derecha, y los enemigos le rodean.
Sucurrit inimicus illi Vorenus et laboranti subvenit. Ad hunc se confestim a Pullone omnis multitudo co
nvertit; creen que aquél (Pullo) está malherido por la jabalina. Gladio comminus rem gerit Vorenus, atque, uno interfecto, reliquos paulum propellit; dum cupidius instat, in locum deiectus inferiorem concidit. Huic rursus circumvento fert subsidium Pullo, atque ambo incolumes, compluribus interfectis, summa cum laude sese intra munitiones recipiunt.
Así se mostró la fortuna en este conflicto y en esta rivalidad, de tal modo que ambos, a pesar de su enemistad, fueron salvaguarda del otro y no se pudo determinar que ninguno de los dos fuese más valeroso que el otro.



Enlaces
Lucio Voreno en la Wikipedia
Titus Pullo en la Wikipedia
Lucio Voreno como personaje de la serie Roma
Tito Pullo como personaje de la serie Roma